En estos casos, la exploración médica no detecta causas orgánicas a los síntomas del paciente y, a menudo, se acaban atribuyendo al estrés, sin intentar descubrir ni tratar las causas psicológicas de este estrés.

Las principales disfunciones sexuales en el hombre son los problemas de erección o impotencia, la eyaculación precoz y la eyaculación retrasada. En la mujer, la ausencia de orgasmo, el dolor durante el coito y la carencia de deseo. En el deseo sexual inhibido, existe una disminución o ausencia de fantasías o deseo sexuales que provocan problemas en la persona o en la relación de pareja. En la aversión al sexo, la persona experimenta un rechazo persistente o repetido a mantenir contacto genital con su pareja. En el trastorno de excitación en la mujer, no se produce lubricación. En la disfunción eréctil o impotencia-, no se produce erección, o ésta es insuficiente o dura poco. En la anorgasmia, no se logra llegar al orgasmo. En la eyaculación precoz, ésta se produce antes o poco después de la penetración, en todo caso, mucho antes de lo deseado (y no es sólo debido a la novedad de la pareja sexual). En la dispareunia, se produce un dolor genital persistente o recurrente, y puede darse tanto en hombres como en mujeres. En el vaginismo, se producen espasmos involuntarios del tercio externo de la vagina que interfieren en el coito.